Serenísima: Bondad+ & La Mirada de Cala Gamba
Respuesta de Jili Poleli
Presento un resumen de dos consultas que debido a las circunstancias he atendido en directo. La primera fue sobre un proyecto de Bobonis. Esto me contó: "En mi niñez, cuando tenía sobre unos diez años, me llamó la atención un hecho que me resultaba contradictorio; una tía regresaba del cine con los ojos rojos de llorar cuando venía de ver un drama y contra toda lógica para mí, no perdía ocasión de reincidir. Otra situación que me impactó fue la suerte de competición entre unas señoras para ver quien era la más afectada ante algo luctuoso sucedido, una incluso exhibía clamorosamente un temblor de manos. A partir de estas experiencias he pensado en montar grupos para ver películas lacrimógenas y que así los participantes ejerciten y refresquen sus sentimientos compasivos y también se buscará invitar a estos visionados a personas sin sentimientos para que entre los hechos de las películas, el ambiente, los lloros y los relatos de los participantes se vuelvan personas compasivas y humanas. ¿qué te parece mi idea de emprendimiento?". Bondad+ puede resultar, dije; siempre se está dispuesto a creer a quien nos diga que nuestras ilusiones e ideales son algo más que aspiraciones ilusorias. ¡Qué felicidad conseguir una redención!. Esta comunión de llorones y lloronas puede proporcionar un buen chute, una catarsis, y además la agradable sensación de sentirse bueno, que puede ir acompañada del sentimiento de odio a los malos, otro chute muy interesante. Quizás tu emprendimiento sea un éxito y te forres. Peras más verdes han madurado.
La segunda consulta trata sobre una preciosa historia que me ha contado Mis. "Una persona, cubana como yo, que mantendré en el anonimato, narra Mis, tuvo justo al final de sus vacaciones lo que narra como la experiencia amorosa más intensa y transformadora de su vida. Este es el evento: en el camino al aeropuerto, el autobús se detuvo un instante en Cala Gamba y en este momento sus ojos se encontraron con la mirada que le dirigía un hombre que estaba en la acera. Una mirada como nunca le habían dirigido en su vida y encima quien miraba era exactamente su ideal de hombre. Supo en este instante que se trataba de su Príncipe Azul. Ya de regreso en Cuba, esta persona no dejaba de hablar de su experiencia a sus amistades, que se sorprendían de su estado de arrobamiento. Nada más le importaba ya en la vida". Prosigue Mis, fue una de estas amistades la que me mandó la foto de este hombre, foto que tuvo tiempo de sacar nuestro protagonista. Poco me costó saber de él ya que era bastante conocido y lo que me contaron, vamos. Por lo visto es un hombre de muy "buena boca" y persona más que fresca. Hasta uno me dijo "esta mirada debía ser la quinta del día; siempre que hay fiesta se viste de tía putona con el mote de Helen y no veas como se le pierden las manos".
Serenísima, soy persona que no quiere mentir, pero sí cuento la verdad pienso que destruiré una gran ilusión. ¿Qué hago?
Nada, le respondí, di que no te has enterado de nada. Yo personalmente huyó de asuntos de las partes nobles, sólo líos te traen. Si esta persona es ilusa es cosa suya, ya la vida le enseñará, y si se obsesiona, ante una situación parecida, el remedio escogido por un conocido mío ha sido optar por el Bien: se ha comprado una furgoneta, que no necesita para nada, sólo para hacer viajes para quien los necesite. Aconseja a sus amistades que le digan que se tratado de un amor de verano; de una canita al aire... sexless. Muy de moda.
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